¿Cuántas sesiones de ejercicio físico son necesarias para prevenir el deterioro cognitivo?

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Hace muchos años que se está estudiando la actividad física para prevenir enfermedades.

Desde hace décadas diversas investigaciones han afirmado que, llevar una vida menos sedentaria, tiene efectos beneficiosos, tanto en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como son la demencia y el Alzheimer, así como para las fases iniciales de estos a nivel de función cognitiva, exponen desde Neurodidacta.

Por ello, los expertos recomiendan practicar ejercicio físico al menos tres veces a la semana y de manera moderada, para protegerse del daño neurológico que lleva al deterioro cognitivo.

En definitiva, llevar una vida saludable y mantenerse activo tanto física y cognitivamente, puede ser altamente beneficioso para prevenir el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo.

¿Cuánto ejercicio se debe practicar para prevenir el deterioro cognitivo?

Pero, muchas personas se preguntan, ¿cuál es la cantidad necesaria de ejercicio físico para prevenir el deterioro cognitivo?

Es cierto que la actividad física, la nutrición y las actividades de estimulación cognitiva son buenas formas de prevenir enfermedades como el Alzheimer y la demencia, pero hasta ahora se desconocía en qué medida.

Recientemente un equipo internacional de investigadores ha estudiado cuántas sesiones de ejercicio son necesarias para prevenir el deterioro cognitivo en las personas de riesgo. Los resultados han determinado que con sólo unas doce sesiones ya se pueden notar los resultados.

El estudio, que ha sido dirigido por Sylvie Belleville, profesora de psicología de la Universidad de Montreal, en Canadá, y que se ha publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association, ha demostrado que sólo se necesitan entre 12 y 14 sesiones para observar una mejora de la cognición.

Según explican estos expertos, “hasta ahora se desconocía el número de sesiones o dosis necesarias para obtener un efecto óptimo”.

Cómo es posible determinar la dosis de ejercicio necesaria

Belleville explica que, al igual que en estudios farmacológicos, es necesario “definir la dosis óptima de tratamiento necesaria para observar los efectos esperados”. Sin embargo, en estudios de prevención del deterioro cognitivo, rara vez se lleva a cabo, ya que “se dispone de poca información para identificar esta dosis”.

Así, los expertos se centraron en uno de sus objetivos: “es crucial definir un número óptimo de sesiones de tratamiento”, explicaba la doctora, ya que “proponer muy pocas sesiones no producirá efectos de mejora apreciables, pero demasiadas sesiones tampoco es deseable, ya que estas intervenciones son costosas tanto para el individuo que sigue los tratamientos, como para la organización que los ofrece”.

Para obtener los resultados, analizaron a 749 participantes que recibieron una serie de intervenciones destinadas a prevenir el deterioro cognitivo. Dentro de estas intervenciones se incluían consejos dietéticos, actividad física y estimulación cognitiva para mejorar o mantener las capacidades físicas y cognitivas.

Según Belleville, también hay que tener en cuenta que la individualidad de las personas es muy importante a la hora de determinar la dosis óptima de tratamiento.

Por ello, los investigadores evaluaron los efectos de las sesiones en función de la edad, el sexo, el nivel educativo y el estado cognitivo y físico de cada participante. Posteriormente, se analizó la relación entre la dosis que recibía cada uno y su mejora cognitiva.

Los principales resultados de esta investigación demuestran que se puede ver un efecto beneficioso con 12 o 14 sesiones de ejercicio físico, pero que hubo algunos participantes, como los que tenían niveles de educación más bajos o más factores de riesgo de fragilidad, que necesitaron alguna sesión más para obtener los beneficios.

En definitiva, estos expertos afirman que es importante “identificar y orientar una dosis óptima y personalizar el tratamiento para cada individuo”.