Existe vida más allá del peso. Enfocados en la cultura del pesocentrismo, donde la obsesión por un número puede más que cualquier otro parámetro para determinar la salud, nos preguntamos si existen otros factores que tengan consecuencias en nuestro bienestar físico más allá del peso corporal. La respuesta es sí:
Beatriz Verdi, experta en nutrición clínica y enfocada en trastornos alimentarios, recoge que el estado de salud viene dado por un conjunto de parámetros, ni siquiera un simple examen de sangre por sí solo es un buen indicador.
“Hay una serie de factores que evaluar, por eso es importante una historia clínica y nutricional completa. Algunos síntomas de no estar bien alimentado son: irregularidades menstruales, ausencia de la menstruación, desarrollo tardío, osteoporosis precoz, indigestiones, irritabilidad, tristeza, apatía, insomnio, hambre externa, pensamientos persistentes hacia la comida y el peso corporal“, detalla Verdi.
Daniel Rojas, nutricionista, explica que seamos quien seamos, con nuestro estilo de vida y estemos o no en una disciplina deportiva, tenemos seis factores que determinan la salud mucho más allá del peso.
“Esta lista de factores tiene un orden de importancia muy subjetivo. Para mí, los dos primeros son los que más valoro y los considero igual de importantes. Además, la buena noticia es que todos estos factores están 100% dentro de nuestro control“, asegura.
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Qué comes
El experto indica que es el que más rápido podemos manipular, para bien o para mal, ya que es cuantificable y medible en cuestión de progreso: “La nutrición es un punto de vulnerabilidad para mucha gente y es el factor que más resonancia tiene desde dentro del cuerpo humano”. Puntos básicos:
- Que la comida sea lo más natural posible: “Evita comer cosas procesadas y el azúcar añadido, ya que este tipo de azúcar es el que más daño hace y por eso es mucho más adictivo”.
- Comer hasta la saciedad y nunca repetir plato: “Haciendo esto no importa qué comas (siempre y cuando te apegues lo más posible a lo natural), te vas a mantener a raya con la cantidad de calorías que necesitas a diario”.
- Que las comidas lleven vegetales, por lo menos un tercio de tu plato.
- Conoce la diferencia entre grasas buenas y malas: “las buenas son la mantequilla, nueces, aguacate, manteca de cerdo, aceite de oliva o de coco. Las malas, los aceites vegetales, de canola y margarinas”.
- Ten la intención de alimentarte lo mejor posible: es decir, con los alimentos de mejor calidad. “El fin es que tu comida sea un medio para una mejor versión tuya”.
Cómo duermes
Daniel Rojas determina que la cantidad y calidad de tu sueño afectan directamente a la salud. “Aquí es donde tu cuerpo se equilibra hormonalmente y la mente entra en un estado de ecuanimidad. El sueño es uno de los factores de la salud más importantes. Todos los seres humanos tenemos el sueño regido por algo que se llama el ciclo circadiano, que se basa en la luz de sol, y éste regula gran parte de nuestro comportamiento hormonal”, detalla.
Por eso, irrumpir este ciclo puede llevar a enfermedades degenerativas y envejecimiento prematuro, que son problemas irreversibles para la salud. Y advierte: no es solo acostarse a dormir y listo, lo que en realidad cuenta es cuánto tiempo pasas en verdadero sueño profundo (la calidad de tu sueño). En este sentido, nos explica que las mejores horas para lograr este tipo de sueño son entre las 10pm y las 2am, así que considera estos horarios para no robarte horas de sueño de calidad.
“Hoy en día, con toda la luz artificial que hay en casa, es cada vez más difícil tener tus 7 u 8 horas con calidad de sueño”. Por eso, el experto da unas pautas que nos pueden ayudar a tener más y mejor sueño:
- Crear una rutina de sueño: “Así como antes de una sesión de ejercicio calientas y estiras, antes de ir a dormir tienes que empezar a aterrizar el avión con cosas como: apagar todas las pantallas y no tomar líquidos un par de horas antes de dormir, levantarte al baño es algo innecesario que rompe el sueño profundo. También empezar a poner en temperatura la habitación antes de dormir”.
- No tomar cafeína después de las 2pm, ya que puede durar en tu sistema activo hasta 6 horas.
- Llevar un seguimiento de la calidad de tu sueño (todo lo medible puede ser mejorado).
- Invertir en buenas almohadas y colchones (a fin de cuentas pasas un tercio de tu vida usándolos).
Cómo piensas
Rojas se pregunta qué es lo primero que pensamos cuando nos despertamos y nos hace reflexionar con preguntas tipo: ¿Cómo te preparas mentalmente para tu día? ¿Cómo juegas con los pensamientos negativos y positivos? ¿Cómo manejas la inevitable adversidad?
“Este factor resulta el más difícil de desarrollar porque aquí eres tú versus tú, nadie más puede ser responsable de tus pensamientos y cómo los administras. Todos los pensamientos llevan reacciones en el sistema nervioso. Esto es lo que nos hace ser únicos en este planeta, a todo este conjunto de acciones (pensar, analizar, absorber, responder, sentir) le pusimos de nombre consciencia y sin ella existiríamos solo reaccionando a las cosas en nuestro alrededor, sin poder apreciar el presente como es”.
Pautas para estar mejor:
- Concéntrate en las cosas que puedes controlar (de todo lo demás solo puedes controlar tu esfuerzo y cómo reaccionas ante los acontecimientos)
- Que todo lo que hagas sea con intención, que cada movimiento en tu día tenga sentido.
- Desarrolla una mentalidad de crecimiento: desaprender para aprender, cuestiona tus propios límites.
- Conoce tus debilidades emocionales.
Cómo te conectas
Es decir, nuestras relaciones personales. “Los seres humanos tenemos una compleja red social y por naturaleza el concepto de esta manada está impreso en nuestro ADN”, advierte. Y reconoce que la gente cercana a nosotros juega un papel importantísimo en nuestro equilibrio como persona: “En la pirámide de Maslow, la necesidad social está expresada como algo primario para el ser humano. En este sentido, se trata de reconocer quiénes son esas personas valiosas en nuestras vidas y cómo de profunda es nuestra relación con ellos”.
Cómo te recuperas
Entiéndase por recuperación en el mundo del deporte como el proceso curativo después del desgaste físico ocurrido durante una sesión de entrenamiento.
“Pero para alguien que no es atleta el proceso curativo es más mental que físico”, sostiene. “¿Qué haces para regresar a un estado de equilibrio y paz mental después de un día de trabajo duro? Podemos meditar, estirar, caminar, hacer ejercicios de respiración, bailar… la pregunta que deberíamos hacernos es cómo nos relajamos de verdad. Prueba a pensar cuál es tu manera favorita de desconectar de la rutina”, concluye.
Cómo te mueves
Es decir, qué ejercicio hacemos. Nos explica que es el único factor que acelera positivamente la curva de la salud y va intrínsicamente de la mano con todos los demás factores. “Al hacer ejercicio estamos mejor mentalmente porque liberamos dopamina (la hormona de la felicidad) y esto nos lleva a conectar mejor con nuestra gente, ir a dormir mejor…”, recoge Daniel Rojas.
Conclusión: no solo el peso nos define
Ceci Rovella, nutricionista, determina que un número no define nuestro estado de salud porque somos mucho más que eso: “Una persona puede tener un peso normal (IMC) y no llevar un estilo de vida saludable, por lo que su peso no es sinónimo de salud. A su vez, que una persona tenga sobrepeso no significa que no lleve un estilo de vida saludable, basta con el estigma del peso”.
Y propone dejar de tildar a las personas como peso normal, con sobrepeso u obesos: “Hay que cambiar el enfoque, esa es la clave. Es decir, pensar que nuestro cuerpo nos pertenece y es nuestra tarea cuidarlo. Nos cuidamos para sentirnos bien con nosotros mismos, no solo para vernos bien. Nos cuidamos para mantenernos saludables y prevenir enfermedades, no para encajar en un estándar de belleza inalcanzable, poco saludable y obsoleto”.