Hay un órgano en nuestro cuerpo mucho más joven que el resto de nosotros, hablamos del hígado. Este órgano tiene la capacidad de regenerarse.
Desde que nacemos nuestro cuerpo comienza a crecer, desarrollarse e inevitablemente a envejecer, sin embargo, existe un órgano en nuestro cuerpo que su envejecimiento es diferente al resto del cuerpo, ya que es capaz de regenerarse. Hablamos del hígado.
El hígado es un órgano imprescindible para la vida del ser humano, es el encargado de filtrar las toxinas de nuestro cuerpo, es el órgano que limpia nuestra sangre. Toda la sangre que proviene del estómago y los intestinos acaba pasando por el hígado. Por este motivo, al estar expuesto a partículas dañinas es uno de los que más daños puede sufrir. Un estudio reciente descubrió que este órgano tiene la capacidad de regenerarse y así evitar daños prolongados.
Otra de sus funciones principales es la de extraer los nutrientes que llegan a través de la sangre. Produce bilis, que esta se encarga de descomponer las grasas para que estas puedan ser absorbidas por nuestro organismo posteriormente.
Cómo se regenera el hígado
Los hepatocitos son el 80% de las células del hígado y suelen renovarse de forma habitual para mantener el órgano o cuando este sufre de alguna enfermedad severa. Las responsables de esta renovación, según un estudio de la Universidad de Stanford, son las células madres del hígado que proporcionan telomerasa.
La telomerasa es una enzima que mantiene la estructura de los cromosomas. El equipo que realizó la investigación averiguó la función de esta enzima presente en las células madres del hígado y si su presencia podría tener relación con las células que renuevan el hígado.
Su proceso de regeneración suele ser de un año cuando el hígado no está muy dañado y puede tardar hasta tres si este ha sufrido de alguna patología más severa. No obstante, puede llegar a un punto donde el daño de estas células sea ya irreparable por lo que en estos casos esta regeneración deja de producirse y sea necesario un trasplante.