La vitamina D juega un papel crucial en la salud ya que cumple funciones vitales y tiene un fuerte impacto en los huesos y en la digestión
En una realidad en la que el ritmo de vida se vuelve cada vez más acelerado y las tareas son múltiples, es fácil caer en la “trampa” del cansancio y las dolencias corporales. Muchas veces, se acostumbra atribuir estos síntomas a las pocas horas de descanso o al estrés cotidiano. No obstante, existe un factor crucial que se suele pasar por alto: el consumo de vitaminas. Estos nutrientes esenciales no solo se consideran vitales para la salud de los huesos, sino que también desempeñan un papel protagónico en el bienestar general.
“No podemos vivir sin ellas, esto lo sabemos porque en investigaciones pioneras que se hicieron en roedores notaban que por más que se los alimentara con glucosa y proteína libre, igual se morían o tenían problemas de salud. Así descubrieron que tenemos estos seis componentes que son la vitamina A, D, el complejo B, C, E y K que son los que nos mantienen ‘a flote’”, informa la licenciada en Nutrición, Valentina Martínez (M.N. 9394).
Vitamina D: ¿para qué sirve?
Precisamente, la vitamina D lleva años siendo una fuente de interés dados sus alegados beneficios en el sistema inmunológico y su importancia para la salud de los huesos.
Popularmente catalogada como la “vitamina del sol”, esta es sintetizada por la piel cuando entra en contacto con la luz solar, aunque, dado el poco tiempo que pasan las personas en ambientes exteriores su deficiencia se ha consolidado como un dilema frecuente.
Se trata de una aliada de la salud intestinal y ósea. “Su consumición favorece la absorción de calcio y fósforo en el intestino y su depósito en dientes y huesos. Como resultado, nuestros huesos se hacen más fuertes y también se previenen enfermedades como el raquitismo o la osteoporosis”, añade Matías Marchetti (M.N. 7210), licenciado en Nutrición y autor de libros sobre vida sana.
Déficit de vitamina D
Según datos recogidos en un artículo en la revista Nature, el porcentaje de deficiencia de vitamina D en la población en los Estados Unidos alcanza el 24%, mientras que en Canadá llega hasta el 37% y en Europa al 40%. En adición, se estima que el porcentaje en América Latina es más bajo dada la constante exposición al sol que suele haber la mayor parte del año en la región, aunque los expertos señalan que no por eso queda exenta del problema de deficiencia.
Prueba de lo mencionado es un estudio de 2022 hecho en Brasil y publicado en el Journal of the Endocrine Society de la Universidad de Oxford, en el cual la endocrinologista Marise Lazaretti-Castro reveló haber encontrado deficiencia de vitamina D en el 12,1% de las personas en Salvador, el 20,5% en São Paulo y el 12,7% en Curitiba.
Otra investigación llamada “La asociación entre el nivel de vitamina D y la enfermedad inflamatoria intestinal en niños y adolescentes: una revisión sistemática y un metanálisis”, evidencia que la deficiencia de esta vitamina puede desencadenar enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
Los profesionales que llevaron adelante el estudio concluyeron en la necesidad imperante de realizar más ensayos clínicos que puedan dictaminar cuál es la dosis necesaria de vitamina D para hacerle frente a dichas afecciones.
Para tratar la falta de la vitamina en el cuerpo y mejorar sustancialmente el estado de salud hay que saber que existen otras formas de obtenerla que no sean exponerse directamente al sol; se la puede conseguir a través de alimentos o mediante suplementos.
Vitamina D: alimentos y suplementos
El Lic. Marchetti asegura que se la puede encontrar en alimentos como: la sardina, el salmón, el atún, los aceites de pescado y la yema de huevo.
“Muy pocos alimentos contienen vitamina D de manera natural. En consecuencia, muchos alimentos son enriquecidos/fortificados con esta vitamina”, informa MedlinePlus –un servicio de información de salud provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos– a la vez que destaca además de los pescados grasos, el hígado de res, el queso y los champiñones que proporcionan vitamina D en menor cantidad.
Asimismo, comunica que esta vitamina es agregada a muchos cereales para el desayuno y a ciertas marcas de bebidas de soja, jugo de naranja, yogur y margarina, por lo que es esencial revisar la tabla de información nutricional en la etiqueta de los alimentos.
“Dependiendo de la zona en que uno viva, puede haber poca exposición solar, entonces en ciertos casos si no es suficiente con la comida, se suele indicar su suplementación”, revela la Lic. Martínez. Sumado a eso, advierte que el consumo en exceso de esta vitamina puede ser hepatotóxico –proceso de inflamación del hígado como reacción a determinadas sustancias–, por ende, advierte que debe ser suplementado y supervisado por un médico o nutricionista.