En todo el año 2021 serán diagnosticados en España un total de 1.527 linfomas de Hodgkin, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Aunque son muchos, se trata de uno de los tumores que menos incidencia tiene en nuestro país. Se trata de un cáncer del sistema linfático y es más frecuente en pacientes jóvenes —de entre 20 y 40 años— o en pacientes más mayores —a partir de los 55 años—. Por suerte, los afectados tienen un alto porcentaje de supervivencia e, incluso, de recuperación, tal y como le ocurrió a la tenista española Carla Suárez.
Cuando aparece la enfermedad se advierten síntomas tales como la inflamación de los ganglios linfáticos —que se encuentran en el cuello, las axilas y la ingles—, cansancio, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso inexplicable y picazón intensa. Sin embargo, los médicos han descubierto un síntoma menos frecuente que podría aumentar los diagnósticos de esta enfermedad: algunos pacientes con este tipo de linfoma sienten dolor después de tomar bebidas alcohólicas.
Tal y como se explica en este artículo de The New York Post, se estima que uno de cada 20 casos de la enfermedad de Hodgkin presenta este síntoma. El dolor tiene lugar en los ganglios linfáticos, situados en cuello, axilas e ingles, como se recoge más arriba. Aunque todavía se desconoce por qué se produce este dolor, el hematólogo de la red de hospitales Oxford University del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, Graham Collins explicó al diario The Sun que puede deberse a un efecto en el sistema cardiovascular.
Sólo un sorbito
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“El alcohol puede relajar los vasos sanguíneos y esto puede producir un incremento de la presión en los ganglios linfáticos generando tensión en la cápsula exterior y provocando dolor”, ha razonado Collins. Además, un estudio de un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard en Estados Unidos que se publicó en la revista científica Anesthesiology mostró que las mujeres con la enfermedad de Hodgkin son más propensas a manifestar dolores tras tomar bebidas alcohólicas.
Los autores de este estudio también comentaron que incluso una pequeña dosis de alcohol podía disparar este síntoma: “El contenido de alcohol de un bombón relleno de licor o, incluso, un sorbito de cerveza han dado lugar a este dolor. Comienza de manera inmediata, pero las descripciones sobre cómo este dolor y su intensidad varían entre los pacientes. Algunos, de hecho, han tenido que dejar el alcohol de manera forzosa debido a este desagradable efecto”.
Para otros, en cambio se trata de una molestia a la que no prestan tanta atención y lo combaten con analgésicos durante cierto tiempo, ignorando que puede ser una señal de una enfermedad potencialmente mortal. De hecho, en el mismo artículo de The New York Post se expone el caso de un hombre de 31 años que había estado tres meses tomando ibuprofeno cuando bebía alcohol para mitigar el dolor que sentía. Cuando finalmente fue atendido en Nashville (Estados Unidos), los médicos confirmaron que se trataba de un linfoma de Hodgkin.
El peligro del alcohol
El paciente mostraba cansancio generalizado, sudores nocturnos y fiebres ocasionales, además de un grave dolor en el pecho minutos después de tomar dos o tres tragos de alcohol. Tras un escáner y una biopsia encontraron un ganglio linfático en su tráquea que resultó ser un linfoma de Hodgkin. Afortunadamente, los autores del artículo explican que el hombre se recuperó tras su tratamiento; la quimioterapia frenó rápidamente su dolor en el pecho y, según The New York Post, pudo volver a beber alcohol poco tiempo después.
Ahora bien, esta no es la mejor decisión que pudo tomar. La OMS calcula que el consumo nocivo de alcohol provoca nada menos que 3 millones de muertes al año en el mundo. “De todas las muertes atribuibles al alcohol, el 28% se debieron a lesiones […], el 21% a trastornos digestivos, el 19% a enfermedades cardiovasculares, y el resto a enfermedades infecciosas, cánceres, trastornos mentales y otras afecciones”, enumera la organización internacional.
El alcohol es, sin duda, un agente carcinogénico. De hecho, según este artículo de EL ESPAÑOL, el alcohol es el responsable del 5% de los casos de cáncer a nivel mundial. Concretamente, esta sustancia se ha relacionado con una mayor incidencia de cánceres colorrectales y de mama: la SEOM calcula que este año se habrán diagnosticado 43.581 casos de los primeros y 33.375 del segundo. Son dos de los cánceres con más incidencia en nuestro país. Además, también se asocia con cánceres de cabeza y cuello, esófago e hígado.