Un accidente cerebrovascular o derrame cerebral sucede cuando el suministro de sangre a una región del cerebro se paraliza o se reduce, por lo que “Impide que el tejido cerebral reciba el oxígeno y los nutrientes”. Consecuentemente, “las células cerebrales comienzan a morir en minutos”, explican los especialistas de Mayo Clinic.
Se trata de una urgencia médica y el tratamiento inmediato es crucial para la vida, ya que la acción temprana reduce el daño cerebral y otras posibles complicaciones, e incluso la muerte. Por eso, ante cualquier signo de alerta, los expertos recomiendan buscar atención médica inmediata y llamar a los servicios de emergencias.
¿Cuáles son las causas? ¿Y los factores de riesgo?
Como detallan en MedlinePlus, existen dos tipos de accidentes cerebrales. Por un lado, el accidente cerebrovascular isquémico es originado por “un coágulo de sangre que bloquea o tapa un vaso sanguíneo del cerebro”. Es el más frecuente, ya que el 80% de los casos son isquémicos.
Por otro lado, el accidente cerebrovascular hemorrágico se forma cuando “un vaso sanguíneo se rompe y sangra en el cerebro”. Otra complicación similar es el ataque isquémico transitorio, que se puede calificar como un “mini derrame cerebral” que ocurre cuando “la irrigación sanguínea al cerebro es bloqueada por poco tiempo”.
Existen determinados factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir un derrame cerebral y que pueden ser los siguientes:
- Hipertensión.
- Diabetes.
- Patologías cardiovasculares.
- El tabaquismo.
- Antecedentes familiares.
- Edad.
- Consumo de alcohol y de otras sustancias.
- Falta de ejercicio físico.
- Tener el colesterol elevado.
- Mantener una dieta poco saludable.
- Obesidad.
¿Cuáles son las señales de alerta de un derrame?
Actuar a tiempo es vital ante un accidente cerebrovascular, por lo que es conveniente conocer cuáles son los síntomas previos y las señales de alarma:
- Dificultad o imposibilidad para hablar o prestar atención. Confusión para entender, hablar de forma extraña o arrastrar las palabras.
- Parálisis en la cara, en el brazo o en las piernas.
- Entumecimiento.
- Visión borrosa y repentina.
- Dolor de cabeza intenso y súbito.
- Mareos o vómitos.
- Alteración del conocimiento.
- Problemas para caminar y pérdida del equilibrio.