Su efectividad reside en la capacidad para frenar el gen MYC, detonante de casi todos los tumores sólidos
Omomyc, un fármaco contra el cáncer de mama desarrollado casi íntegramente en el hospital barcelonés de la Vall d’Hebron, ha demostrado una enorme efectividad para luchar contra las metástasis de esta dolencia tan común entre las mujeres españolas. «No decepciona nunca», ha explicado el instituto oncológico del centro en un comunicado en el que aseguran que esta efectividad se ha comprobado en todos los tipos de cáncer de pecho.
«Se ha analizado la eficacia de Omomyc (…) para controlar la progresión del cáncer de mama metastásico y los resultados obtenidos han sido muy positivos», celebran desde la Vall d’Hebron. A lo largo de la investigación, cuyos resultados se han publicado ya en la revista científica ‘Cancer Reserach comunications’, se han realizado experimentos tanto ‘in vitro’ como en ratones vivos para conocer de qué forma el tratamiento impactaba en el cáncer de mama. Por ahora, los resultados son muy halagüeños.
«La respuesta ha sido muy positiva y en todos los casos se ha podido comprobar que Omomyc tiene una importante actividad antimetastásica, en contra de lo que se había especulado», resalta el doctor Daniel Massó, investigador y autor del artículo. Por su parte, la doctora Laura Soucek (jefa del grupo de «Modelización de Terapias Antitumorales») ha destacado que el fármaco es eficaz porque es capaz de bloquear la invasión, el establecimiento y el crecimiento de las metástasis de cáncer de mama.
Según sus responsables, la enorme efectividad del tratamiento creado en Barcelona reside en su capacidad para frenar el gen MYC, causante del desarrollo de casi todos los tumores sólidos. Hasta ahora se había probado la efectividad de este fármaco en «tumores primarios», aquellos que todavía no se ha extendido por el cuerpo. Ahora, se demuestra su utilidad también en casos de metástasis, cuando la enfermedad ha saltado de un órgano a otro, empeorando así las posibilidades curación.
Más superviviencia y menos tumores
Para verificar los resultados de la terapia se emplearon diferentes modelos que permitieron medir el desarrollo de los tumores. «Pudimos ver que en ratones modificados genéticamente Omomyc era capaz de hacer que el tumor primario creciera menos, pero también observamos que impactaba en el crecimiento de las metástasis y en algunos casos las hacía desaparecer. Cuando administramos Omomyc por vía intravenosa, los resultados también fueron positivos, ya que vimos que se producía una disminución del crecimiento del tumor y que se alargaba significativamente la supervivencia de los ratones», destaca Massó.
El reto ahora será, según la Vall d’Hebron, trasladar el éxito de esta técnica a pacientes humanos. Hasta ahora se han analizado bases de datos de mujeres enfermas con cáncer de mama y se ha podido verificar que aquellas pacientes que presentaban los genes que bloquea Omomyc tenían una supervivencia más baja. «Esto nos hace ser optimistas y pensar que, si estas pacientes se tratasen con nuestro fármaco, quizá podríamos mejorar su supervivencia», resaltan desde el hospital.