Qué información aportan los tests de microbioma y qué nos dicen sobre nuestra salud

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En los últimos años ha avanzado mucho en el conocimiento de la microbiota, el microbioma y cómo estos influyen en nuestra salud en general. A raíz de estos nuevos conocimientos, han surgido también tests que analizan nuestra microbiota o microbioma intestinal y buscan en ella relación con algunos posibles problemas de salud. Marta Llopis, especialista en microbioma (myBIOME specialist) de la empresa Synlab nos cuenta en qué consisten algunos de estos tests, cómo se hacen y qué pueden desvelarnos sobre nuestra salud intestinal y general.

¿En qué consiste un test de microbiota intestinal?

Antes de explicar en qué consisten este tipo de tests, Marta quiere dejar clara la diferencia entre microbiota y microbioma, términos que a veces se confunden, “la microbiota es el conjunto de microorganismos (ya sean bacterias, arqueas, hongos, virus, parásitos, etc.) que están presentes en el intestino; mientras que el microbioma hace referencia al conjunto de genes de estos microorganismos y su interacción con el entorno, es decir, engloba también las funciones de estos microorganismos y como influyen sobre el ser humano”, aclara. Dicho esto, un análisis de este tipo, para que nos sea útil, debe analizar el microbioma, es decir, no solo las especies de microorganismos sino también cómo todos los genes de estos interactúan con los nuestros y su papel en nuestra salud.

Dolor de barriga.

El análisis consiste en obtener una pequeña muestra de heces, que será mandada al laboratorio para su análisis. Esto puede hacerse directamente en un laboratorio o, como suelen ofrecer, hacer por vía telemática, es decir, solicitas el análisis a través de su web, el laboratorio manda por correo todo lo necesario para recoger la muestra y la recoge cuando esté lista.

Es recomendable que, para que la muestra será fiable, el paciente no haya tomado antibióticos, antifúngicos, antihistamínicos o corticoides (a no ser que se trate de medicación permanente) en las últimas seis semanas, no se haya sometido a tratamientos de radioterapia o quimioterapia en las últimas cuatro ni se encuentre en un brote de enfermedad inflamatoria intestinal, pues estas circunstancias alteran notablemente el microbioma.

En qué casos se recomienda hacer un test de microbioma

Hacerse un test para conocer el estado de nuestro microbioma es aconsejable para todo el mundo, aunque no se tenga ningún problema de salud, pues “la comunidad científica ha demostrado que un microbioma intestinal con una alta diversidad (gran variedad de especies distribuidas uniformemente que coexisten en equilibrio) se asocia a una buena salud general, no solo intestinal”. Por tanto, como apunta Marca Llopis, este tipo de tests “es adecuado para aquellos que deseen gestionar de manera proactiva su salud y prevenir el desarrollo de patologías asociadas a la disbiosis intestinal”.

Además, también está bastante demostrado que “la microbiota intestinal está asociada con numerosas enfermedades y la ciencia ha permitido identificar los mecanismos subyacentes a esta asociación. Estos mecanismos vienen dados por sustancias (metabolitos) producidos por los microorganismos intestinales que pueden alcanzar el torrente sanguíneo e interactuar de diversas maneras en nuestro organismo”. Así, un test que secuencie el genoma microbiano identifica, además de los microorganismos presentes, los metabolitos relacionados con distintas enfermedades, especialmente con:

-Alteraciones digestivas

-Enfermedades metabólicas y/o cardiovasculares

-Enfermedades inflamatorias y/o inmunitarias

-Enfermedades neurodegenerativas y/o con trastornos del estado de ánimo

-Fatiga crónica

-Trastornos de la salud mental

Cualquier persona que padezca o crea que puede padecer alguna de las patologías mencionadas se beneficiarán especialmente de un test de microbioma.

¿Qué información nos da un test de microbioma?

Un test de este tipo básicamente nos informa de qué microorganismos habitan nuestro intestino, su diversidad y su proporción, pero, dentro de estos tests existen distintos tipos y técnicas. A la hora de escoger uno, es crucial conocer la técnica utilizada en el análisis, pues han evolucionado muy rápido en los últimos años y con ellas los resultados y la información que aportan. Por un lado, están las clásicas de detección de microorganismos como el cultivo microbiológico, la ya más que conocida PCR. Por otro, otras técnicas más avanzadas como amplificación de un único gen bacteriano denominado ARNr 16S. Sin embargo, estas técnicas están quedando obsoletas, y si queremos obtener una información detallada, lo mejor es decantarse por una secuenciación completa del genoma microbiano o shotgun metagenome sequencing, que aporta una información muy completa:

•El estado de salud del microbioma intestinal, que se mide a través de la diversidad microbiana. “La diversidad microbiana proporciona información acerca de la cantidad de microorganismos que los componen y cómo estos están distribuidos. Numerosos estudios han indicado una diversidad microbiana elevada se asocia con una buena salud”, afirma Marta Llopis. Y esto es así porque “cuantas más especies estén representadas en el intestino y cuanto más heterogéneo sea, más cantidad de funciones podrán realizar y mejor será la aportación que puedan hacer al ser humano”. Además, un microbioma más diverso es más resiliente, más “capaz de recuperarse y protegernos frente a perturbaciones como infecciones, terapia con antibióticos, estrés, cambios de dieta, alteraciones inmunológicas…”.

•Diferenciar entre distintas especies de microorganismos dentro del mismo género, algo crucial a la hora de conocer la naturaleza de los microorganismos que componen nuestro microbioma intestinal. Es decir, si son beneficiosos o no beneficiosos para nuestro organismo. Marta Llopis nos pone un ejemplo: “el género Streptococcus contiene las especies Streptococcus thermophilus y Streptococcus salivarius. La primera S. thermophilus, es el microorganismo que fermenta el yogur, y como probiótico que es, tiene propiedades antiinflamatorias. Por el contrario, S. salivarius es un residente habitual de la cavidad oral y se ha encontrado en concentraciones elevadas en el intestino de pacientes con Enfermedad de Crohn por lo que se sospecha que contrariamente a su hermano S. thermophilus, posee propiedades proinflamatorias”.

•Mide funciones microbianas relacionadas con la salud y con distintas enfermedades. Esta es la información más interesante que aporta el test, pues detecta y analiza la capacidad de los distintos microorganismos detectados de producir determinados metabolitos, que son las sustancias que interactúan con nuestro organismo, ya sea de manera positiva o negativa para nuestra salud. Así, como explica Llopis, “algunas de estas sustancias son: antioxidantes, neurotransmisores, metabolitos proinflamatorios, antiinflamatorios, relacionados con diarrea, con estreñimiento, con procesos de detoxificación, con enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad y muchos otros”.

¿Puede un test de microbioma detectar enfermedades?

Este tipo de test no nos dicen directamente si padecemos o no una determinada enfermedad, sino la relación que la ciencia ha encontrado entre determinadas enfermedades y la presencia de ciertos metabolitos. Y es que, en los últimos años se ha demostrado una relación directa entre determinadas enfermedades y determinados cambios en la composición del microbioma intestinal. “Las personas enfermas presentan perfiles de microbioma intestinal significativamente diferentes en comparación con personas sanas”. Es decir, que la presencia de determinado tipo de microrganismos o metabolitos en nuestro intestino se relacionan con enfermedades, principalmente, las inflamatorias del intestino (EII), las metabólicas, cardiovasculares, las neurodegenerativas o trastornos de la salud mental, también intolerancias alimentarias. Lo que aún no se sabe si fue antes el huevo o la gallina, es decir, que se sigue investigando para determinar “si es la enfermedad la que causa cambios en el microbioma intestinal o son los cambios en el microbioma intestinal lo que da lugar a la enfermedad”.

Bacterias del género Campylobacter.

Esta información es muy útil, por ejemplo, si se detectan varios metabolitos distintos relacionados con una determinada enfermedad. Si esto ocurre, nos podría poner en la pista de que estamos padeciendo una enfermedad sin saberlo e invitarnos a realizar pruebas adiciones para confirmarla o para prevenir algunas patologías si llevamos a cabo algunos cambios de nuestra alimentación. También, por ejemplo, nos puede alertar de qué tipo de nutrientes pueden estar faltando -o sobrando- en nuestra alimentación, pues en función de la cantidad o la presencia de determinadas sustancias se puede deducir si estamos, por ejemplo, comiendo demasiadas proteínas, si ingerimos poca fibra e incluso si podemos tener algún déficit nutricional concreto.

Lo que sí detectan estos tests son microorganismos potencialmente patógenos, es decir, bacterias, virus, etc. que puedan enfermarnos y de cuya presencia deberíamos informar al médico.

REALIZAR TEST

Pero toda esta información tenemos que recibirla debidamente acompañados, pues de nada nos sirve una analítica muy completa si no la sabemos interpretar. Así, lo ideal sería que, una vez recibidos los resultados, un experto interpretara los resultados con nosotros y nos diera los consejos pertinentes, sobre todo recomendaciones nutricionales, “que tienen como objetivo potenciar el crecimiento de los microorganismos beneficiosos presentes en la muestra analizada y desplazar los microorganismos no beneficiosos obteniendo así, un equilibro saludable del microbioma intestinal y con ello contribuir a mejorar la salud”, aclara Mara Llopis. Además, ante la presencia de determinados parámetros, nos recomendarán acudir al médico.

En caso, por ejemplo, de encontrar disbiosis o muchos parámetros mejorables, además de cambios en la dieta y acudir al médico, nos recomendarán repetirnos el test pasados unos meses.