El cuarteto de la felicidad en la tercera edad

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La pandemia de la senectud en nuestra sociedad occidental desarrollada presenta flagrante e insólitos retos. Según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud, se estima que para el año 2050, la población mundial de personas mayores de 60 años se duplicará, alcanzando los 2.000 millones de personas. 

Este envejecimiento demográfico plantea importantes desafíos sociales y económicos, incluida la necesidad de proporcionar cuidados de salud y servicios de apoyo adecuados para una población envejecida.

Además, la pandemia de Covid-19 ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las personas mayores en nuestra sociedad. Según un informe de la OMS, las personas mayores tienen un mayor riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad y de experimentar consecuencias negativas en términos de salud mental y bienestar emocional. 

La soledad y el aislamiento social, exacerbados por las medidas de distanciamiento físico, han tenido un impacto significativo en la salud emocional de los adultos mayores, subrayando la importancia de abordar las necesidades emocionales de esta población de manera integral. 

La soledad y el aislamiento social han tenido un impacto significativo en la salud emocional de los adultos mayores

En este contexto, el enfoque en el cuarteto de la felicidad adquiere una relevancia aún mayor, ofreciendo herramientas prácticas y terapéuticas para mejorar el bienestar emocional de las personas mayores y promover una vejez activa, saludable y satisfactoria.

En la búsqueda de una vida plena y satisfactoria en la tercera edad, la ciencia ha puesto su mirada en el complejo entramado biológico y emocional que subyace a nuestro bienestar. 

En este sentido, el “cuarteto de la felicidad”, conformado por la endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina, emerge como un fascinante campo de estudio en la gerontología, ofreciendo nuevas perspectivas sobre cómo promover la salud emocional en esta etapa de la vida.

La endorfina, conocida por su papel en la regulación del dolor y la sensación de bienestar, adquiere una relevancia especial en la tercera edad, donde las dolencias físicas pueden ser más frecuentes. 

Estrategias como la práctica regular de ejercicio físico adaptado y la participación en actividades recreativas que promuevan la liberación de endorfinas, como la danza o el yoga suave, pueden contribuir a mejorar el estado de ánimo y la calidad de vida de los adultos mayores.

Por otro lado, la serotonina, neurotransmisor asociado al estado de ánimo y la sensación de bienestar, cobra una importancia crucial en la prevención y el tratamiento de la depresión en la tercera edad. 

La serotonina, neurotransmisor asociado al estado de ánimo y la sensación de bienestar, cobra una importancia crucial

Estrategias como la terapia cognitivo-conductual, el contacto social regular y la exposición a la luz natural pueden ayudar a estimular la producción de serotonina, promoviendo así la salud mental y emocional en los adultos mayores.

En cuanto a la dopamina, neurotransmisor vinculado a la motivación y el placer, su papel en la búsqueda de significado y propósito en la vida cobra una relevancia especial en la tercera edad. 

Establecer metas alcanzables y participar en actividades que despierten el interés y la curiosidad, como el aprendizaje de nuevas habilidades o la participación en grupos de interés, puede ayudar a estimular la liberación de dopamina, promoviendo así la vitalidad y el bienestar emocional en los adultos mayores.

Finalmente, la oxitocina, conocida como la “hormona del abrazo”, adquiere un valor único en la promoción de la conexión emocional y el bienestar en la tercera edad. El contacto físico regular, como los abrazos y las muestras de afecto, así como la participación en actividades comunitarias y de voluntariado, pueden ayudar a aumentar los niveles de oxitocina, promoviendo así un sentido de pertenencia y conexión emocional en los adultos mayores.

En resumen, el “cuarteto de la felicidad” ofrece un fascinante marco conceptual para comprender y promover el bienestar emocional en la tercera edad. A través de estrategias centradas en la estimulación de la endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina, podemos ayudar a los adultos mayores a vivir una vida plena, satisfactoria y emocionalmente enriquecedora en esta etapa de la vida.