Se trata de convertirnos en guionistasde una vida más feliz (y no sólo en protagonistas), según el experto en neuroeducación David Bueno.
a mentalidad con la que vivimos puede ayudarnos a disfrutar de una vida más plena y feliz. A pesar de las dificultades, los fracasos o las frustraciones que la existencia lleva consigo, todos podemos potenciar en nosotros lo que la neurociencia llama mentalidad crecimiento y flexibilidad cognitiva, una actitud interna según la cual, “pese a la posibilidad de equivocarnos, si no nos arriesgamos, no avanzamos. O quizás deberíamos decir que avanzamos gracias a los errores que cometemos”, explica el experto en neuroeducación David Bueno. Doctor en Biología y profesor e investigador de la sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo de la Universitat de Barcelona, acaba de publicar Educa tu cerebro (Grijalbo, 2024). “La característica cognitiva opuesta a la flexibilidad cognitiva es la rigidez mental. Se refiere a la incapacidad de adaptarnos a las novedades y a los cambios”. También llamada mentalidad fija. Entre una mentalidad y otra existe una gran gama de grises.
13 CLAVES PARA QUE LA VIDA QUE TIENES TE HAGA FELIZ: MENTALIDAD CRECIMIENTO
En definitiva, la mentalidad crecimiento es la que nos permite convertirnos en “guionistas y directores de nuestra vida, y no solo en protagonistas”, explica David. “Las personas que poseen una mayor capacidad de mantener el control cognitivo, perseverar, planificar, buscar y encontrar sus propias motivaciones, afrontar retos nuevos, mostrar valentía ante los fracasos y ser resilientes podrán tener más tendencia a desarrollar una mentalidad de crecimiento, puesto que son características cognitivas asociadas a ella. Y a la inversa: tener más mentalidad de crecimiento también afecta de manera positiva a todas estas características”. Si deseas cultivarla, David Bueno propone estas 13 claves fundamentales:
- Acepta y entiende que el cerebro es un órgano plástico. “Aceptar que el cerebro es flexible y es capaz de cambiar y crecer a través del esfuerzo, la práctica y el aprendizaje continuo. Creer en la capacidad de mejora personal y de los demás es esencial para desarrollar la mentalidad de crecimiento”, explica el experto en neuroeducación.
- Cultiva una visión realista, pero optimista, de tus propias capacidades. “Admitir que todos tenemos ciertos condicionantes genéticos, biológicos, educativos, etcétera, que influyen en nuestras posibilidades de avanzar, pero no implican la existencia de un determinismo. Quizá vayamos más rápido o más despacio, lleguemos más o menos lejos, pero siempre podemos ir un paso más allá de donde estamos”, señala.
- Valora el camino por encima de la meta. “Las metas son importante, pero no debemos confiar las sensaciones de recompensa al hecho de alcanzarlas, sino al disfrute mientras recorremos el camino que nos lleva hasta ellas”.
- Abraza los desafíos valorando como asumirlos. “Debemos verlos como oportunidades para aprender y crecer, de manera reflexiva y crítica. Enfrentarse a desafíos nuevos y salir de la zona de confort es fundamental para desarrollar habilidades y superar limitaciones”, explica el experto en neuroeducación.
- Adopta una actitud positiva sobre los errores y el esfuerzo. ” Los errores deben percibirse como parte inherente del proceso de aprendizaje. Es importante verlos como oportunidades para aprender, adaptarse y mejorar. Valorar el esfuerzo y la persistencia es la clave para afrontar los obstáculos y superarlos”, señala David Bueno.
- Cultiva una mentalidad de aprendizaje constante. “Querer aprender implica tener curiosidad y un deseo de adquirir conocimientos y habilidades. Mantenerse abierto a nuevos puntos de vista, buscar activamente nuevas oportunidades de aprendizaje y estar dispuestos a reconocer la propia ignorancia son factores clave para un crecimiento personal y profesional continuo”.
- Mantén una perspectiva a largo plazo. “Conviene tener una visión a largo plazo y reconocer que el desarrollo personal y el progreso son procesos graduales que requieren tiempo y esfuerzo. Es importante no desanimarse ante los obstáculos o los resultados inmediatos, mantener el foco en los propios objetivos a largo plazo y continuar afrontándolos de manera persistente”, explica el experto.
- Mantén la perseverancia, persiste y sé resiliente. “Resulta clave para no rendirse ante los obstáculos y las dificultades, pero no para afrontarlos siempre de la misma forma, sino para buscar opciones y alternativas de manera flexible y resiliente”.
- Busca inspiración y modelos a seguir. “Identificar a personas que constituyan una fuentes de inspiración y ejemplifiquen la mentalidad de crecimiento para mantener la motivación propia. Observar los éxitos en los progresos de los demás de manera positiva y optimista ayuda a alimentar la propia creencia en el potencial de crecimiento”.
- Fomenta la colaboración y el feedback constructivo y asertivo. “La colaboración con otras personas y la búsqueda de feedback constructivo pueden proporcionar nuevas perspectivas y posibilidades de aprendizaje. Abrirse a las ideas y aportaciones de los demás y verlas como oportunidades de crecer y mejorar puede ser muy enriquecedor”.
- Establece metas, propósitos y objetivos claros. “Ayuda a mantener la dirección y la motivación intrínseca para crecer. Deben ser realistas y estar al alcance, pero al mismo tiempo deben suponer un reto que implique un esfuerzo gratificante”, explica David Bueno.
- Cultiva la curiosidad y la exploración. “La curiosidad es un motor para el aprendizaje y el crecimiento, y estimula la motivación. Mantenerse abierto a nuevas experiencias, estar dispuesto a experimentar y a explorar áreas nuevas y desconocidas ayuda a expandir los horizontes y a desarrollar un estilo de vida en crecimiento continuo”.
- Favorece el bienestar propio y el del entorno. “Para desarrollar una mentalidad de crecimiento sostenible, esto es realista y optimista, resulta crucial cuidar del bienestar de uno mismo y del entorno. Esto incluye atender a las necesidades físicas y también, muy importante, las emocionales y mentales. Aprender a reconocer y valorar la importancia de los estados emocionales como vía para gestionarlos”, explica el experto en neuroeducación.