La ciencia fija la edad en la que alcanzamos la “vejez” y la clave está en las proteínas

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Un estudio de la Universidad de Stanford ha fijado las diferentes etapas tras el análisis de las proteínas presentes en la sangre

Investigadores científicos de la Universidad de Stanford han llevado a cabo un estudio de las proteínas presentes en la sangre de una muestra de 4263 personas y han determinado a qué edad se puede considerar que alcanzamos la etapa de la “vejez”, algo que normalmente preocupa y que depende de múltiples factores. Aunque hay una cierta irregularidad y no todos los cuerpos experimentan los mismos cambios, el citado estudio que se ha publicado en la revista ‘Nature Medicine’ hace un análisis que permite fijar una edad en la que, en general, se produce un envejecimiento. 

La esperanza de vida, cada vez más elevada

Llevar a cabo un estilo de vida saludable no siempre es sinónimo de longevidad, aunque muchas veces sí puede ayudar a prevenir enfermedades y aumentar la esperanza de vida, pero los factores que influyen en ello son muy diversos: el país de origen o de residencia, la calidad y las condiciones en dichas regiones, la genética o el acceso a los avances científicos o tecnológicos puede ser determinante. 

Según el diario ‘El Español’ y con unos datos basados en lo publicado en ‘World Factbook’, España no aparece en un ranking liderado por Mónaco, una región muy pequeña en la que influiría el Mediterráneo, pero también la renta per cápita, algo que también ocurre en lugares como Singapur, Macao y Japón, que están en las siguientes posiciones dejando al país nipón fuera del podio, aunque muy cerca de los anteriores. 

El primero de ellos se sitúa en una horquilla entre los 89 y los 93 años, mientras la medalla de plata. el bronce y el diploma se coloca también en edades cercanas a los 85 años, seguidos por San Marino, Canadá o Suiza y dejando a nuestro país en el decimocuarto puesto, que tampoco está nada mal. En este sentido, también se incide en la “brecha de género”, ya que en términos generales las mujeres tienen una mayor esperanza de vida. 

Cada paso logrado en ciencia, tecnología y en el ámbito sanitario permite que estas cifras aumenten, sobre todo en lugares que cuentan con recursos al alcance de la población y eso se traslada también a cómo nos enfrentamos a los distintos cambios de etapa, ya que, como se suele decir, si acudimos a estos parámetros, “los 40 son los nuevos 30” y así podemos extrapolarlo a otras edades. 

La edad en la que se puede fijar la “vejez”

A veces solemos acudir a la frase de tranquilidad de que “la edad está en la mente” y con eso nos lanzamos a aventuras más propias de cuando cruzábamos el ecuador de la adolescencia, mantenemos ese espíritu de la infancia y nos lanzamos a la piscina con aventuras que consideramos que ya no responden a los años que hemos cumplido. 

“Un día eres joven y al siguiente analizas al detalle el precio de cada producto de la cesta de la compra, comparas ofertas entre diferentes supermercados y llegas a casa con la sensación de que todo está muy caro”, es otra de esas citas que nos acompañan con sentido del humor cuando vamos creciendo, en este caso con una premisa que podríamos modificar por otras tantas situaciones. 

Nos centramos en el estudio llevado a cabo por la Universidad de Stanford y es que este grupo de investigadores ha publicado las conclusiones alcanzadas tras el análisis del plasma de un total de 4263 personas, un chequeo en el que han encontrado una serie de proteínas, que son “los caballos de batalla de las células”, en palabras del autor del artículo, Tony Wyss – Coray. 

Los niveles, la presencia de estas proteínas, de un total de 1379 que se identifican en el citado estudio, varían en función de las distintas etapas en las que se aceleraría el envejecimiento, aunque tal y como publica el portal ‘adn40’, este envejecimiento “no se produce a un ritmo perfectamente uniforme”. Dentro de esa irregularidad de la que hablan estaríamos hablando de tres etapas. 

La primera, entre los 34 y los 60 años, hay una presencia de proteínas que no presenta especiales variaciones, lo que nos ubicaría en la edad adulta, mientras que al llegar a los 61 y hasta alcanzar los 78 años este nivel de proteínas identificadas en la sangre de las personas que participan en el estudio comienzan a disminuir. Es en ese punto, en la edad de 78 donde la ciencia, siempre según este estudio publicado en ‘Nature Medicine’ iniciaría la tercera de las fases, cuando ese descenso se acusaría más. 

‘El Cronista’ de México recoge también los principales cambios y modificaciones que experimenta nuestro cuerpo y que se convierten en signos del envejecimiento, entre los que destaca la pérdida de masa muscular y densidad ósea, arrugas y manchas en nuestra piel, pérdida en la agudeza visual y auditiva, así como los problemas de movilidad que comienzan a aparecer a una edad avanzada.