Estilo de vida para retrasar el deterioro de la memoria

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Un estudio con 10 años de seguimiento expone que los mayores de 60 años que combinaron ciertas opciones de estilo de vida más saludables disfrutaron de los mayores beneficios. 

La memoria representa una función fundamental de la vida diaria que disminuye paulatina pero constantemente a medida que las personas envejecen, lo que afecta la calidad de vida y la productividad y aumenta el riesgo de demencia. Estudios anteriores no han encontrado suficiente evidencia de peso para evaluar qué efectos concretos tiene en la memoria seguir un estilo de vida saludable, pero una investigación reciente con una muestra de más de 29.000 adultos (mayores de 60 años con una función cognitiva normal que formaban parte del Estudio de Cognición y Envejecimiento de China) sugiere que la combinación de múltiples opciones de estilo de vida saludable (cuantas más, mejor) está relacionada con la reducción de la velocidad de deterioro de la memoria.

 El estudio, publicado en la revista BMJ, ha identificado hasta seis hábitos saludables que están relacionados con un menor riesgo de demencia y una tasa más lenta de deterioro de la memoria. Si bien los investigadores saben desde hace mucho tiempo que existe un vínculo entre la demencia y factores como el aislamiento social y la obesidad, el tamaño y el alcance del nuevo estudio añaden evidencia sustancial a un cuerpo global de investigación que sugiere que un estilo de vida saludable puede ayudar a que el cerebro envejezca mejor.

¿Cuáles son estas opciones de estilo de vida?

  • Comer bien: tomando como base un cumplimiento de la ingesta recomendada de al menos 7 de 12 alimentos elegibles (como frutas, verduras, pescado, carne, lácteos, sal, aceite, huevos, cereales, legumbres, nueces y té).
  • Hacer ejercicio regularmente: tomando de base aproximadamente 150 minutos de intensidad moderada o unos 75 minutos de intensidad vigorosa por semana.
  • Jugar a las cartas: cualquier actividad cognitiva activa, como jugar al ajedrez, a las cartas (o a cualquier otro juego) o leer un libro, al menos dos veces por semana.
  • Socializar: teniendo contacto social activo al menos dos veces por semana, incluidas actividades como visitar a familiares y amigos, asistir a reuniones o ir a fiestas.
  • No fumar: si no se ha fumado nunca, mejor.
  • No beber alcohol.

Los datos indicaron que una dieta saludable parecía conferir un mayor efecto en la prevención del deterioro de la memoria. (Pixabay)

10 años analizando a los participantes

Al comienzo del estudio en 2009, la función de la memoria de los voluntarios se midió mediante pruebas y también se realizaron los análisis pertinentes para detectar el gen APOE, que es el gen de factor de riesgo más fuerte para la enfermedad de Alzheimer. Luego, los sujetos fueron monitoreados durante 10 años con evaluaciones periódicas.

 Los factores de estilo de vida se ponderaron por igual y los individuos recibieron una puntuación entre cero y seis. En base a esto, los participantes se clasificaron en grupos de estilo de vida: favorable (cuatro a seis factores saludables), promedio (dos a tres factores saludables) o desfavorable (0 a 1 factores saludables) y grupos portadores de APOE y no portadores.

 “Nuestros resultados mostraron que los participantes que mantuvieron más factores de estilo de vida saludables tuvieron un deterioro de la memoria significativamente más lento que aquellos con menos factores de estilo de vida saludables”

¿Qué descubrieron los científicos?

Los investigadores encontraron que cada comportamiento saludable individual se asoció con una disminución de la memoria mucho más lenta que el promedio durante 10 años.

 Así, los hallazgos revelaron que aquellos adultos que adoptaban varios comportamientos de estilo de vida saludables podrían reducir significativamente su riesgo de desarrollar demencia, incluso cuando portan genes que los hacen más susceptibles a la enfermedad de Alzheimer. Concretamente, los resultados encontraron que los participantes en el grupo de estilo de vida favorable mostraron tasas significativamente más lentas de deterioro de la memoria durante un periodo de 10 años en comparación con los sujetos en los grupos promedio o desfavorable.

 “Una combinación de comportamientos saludables positivos se asocia con una tasa más lenta de disminución de la memoria en adultos mayores cognitivamente normales”, escribieron los investigadores del Centro Nacional de Trastornos Neurológicos en Beijing (China).

 En general, las personas con 4-6 conductas saludables o 2-3 tenían casi un 90% y casi un 30% menos de probabilidades, respectivamente, de desarrollar demencia o deterioro cognitivo leve en comparación con las que tenían menos salud.