Des chercheurs espagnols confirment les bienfaits pour la santé du remplacement des protéines animales par des protéines végétales dans le régime méditerranéen

Actualités liées

PARTAGER

Por más que nos intenten marear con propuestas ‘milagrosasde marquetinianos nombres en inglés, los que saben de esto no tienen ninguna dudala dieta mediterránea es la más sana y la más adecuada para mantenernos en nuestro peso ideal.

Hablamos de una realidad incuestionable a la que, ahora, acaba de añadir ‘un plusuna nueva investigación liderada por Miguel López Moreno, dietista-nutricionista y profesor universitario en Universidad Francisco de Vitoria (UFV) y en la que han participado expertos de la citada universidad, ISGglobal y de la Universidad Rey Juan Carlos. ¿Y qué es lo que constata este nuevo estudio? Básicamente, que si a la dieta mediterránea le cambiamos la proteína animal por la vegetal los beneficios para la salud son todavía mayores.

 ¿Por qué ‘quitarlela proteína animal a la dieta mediterránea? Miguel López Moreno nos lo explica: “La dieta mediterránea es uno de los principales patrones dietéticos de referencia para mantener una adecuada salud cardiovascular. Ahora bien, todas las líneas de evidencia científica actual indican quesustituir el consumo de proteína animal, principalmente carne roja y procesadapor proteína vegetal-dígase legumbres- induce innumerables beneficios sobre la salud cardiovascular. Donc, siguiendo esta premisa, podríamos hipotetizar que aumentar la proporción de vegetales integrales dentro de un patrón de dieta mediterránea podría inducir beneficios adicionales sobre nuestra salud cardiovascular. Esta es la pregunta de investigación que intentamos resolver a través de este estudio, denominado OMNIVEG”.

Realmente, ¿es necesario ‘quitarla proteína animal por cuestiones de salud o es solo una opción? “Como investigadores y profesionales de la salud buscamos dilucidar aquellas estrategias de estilo de vida que permitan aumentar la esperanza de vida y la calidad de esta. Así, estos patrones dietéticos óptimos en salud pública deben ser los pilares bajos para hacer cualquier recomendación dietética. El ‘hecho’ dequitar o no la proteína animal es una decisión individual, ahora bien, nuestro deber como profesionales sanitarios es transmitirmensajes sobre salud basados en la evidencia científica“.

López Moreno explica que en su estudio participaron “14 adultos jóvenes sanos que siguieron ambas dietas, mediterránea con y sin proteína animal-; es lo que se conoce en investigación como diseño ‘crossover’.La participación se limitó a hombres únicamente, porque para evaluar parámetros de salud medimos el rendimiento físico y, debido a los cambios fisiológicos que ocurren durante las distintas etapas del ciclo menstrual en las mujeres y que implican que el rendimiento pueda fluctuar en cada una de las mismas, estos datos deben estandarizarse por fases para obtener unas mediciones fiables. Por todo eso, consideramos realizar primero un estudio en hombres, para posteriormente en base a los resultados obtenidos proceder a realizarlo exclusivamente en mujeres”.

Los participantes del estudio, prosigue, fueronindividuos sanos y físicamente activos, que realizaban ejercicio físico de intensidad moderada-vigorosa de tres a cinco días a la semana, según las recomendaciones de la OMS”. Esta cuestión, puntualiza, es muy importante porque, generalmente, se cree queel ejercicio físico por sí solo es suficiente para mantener una buena salud cardiovascular y que la dieta ofrece pocas oportunidades adicionales de mejora”.

El trabajo de campo duróocho semanas, contabilizando el tiempo en que siguieron ambas dietas. “A pesar de que la duración pudiera parecer corta, hay que destacar que, aunque un período más largo podría haber ayudado a detectar diferencias entre grupos (lo que conocemos como potencia estadística), la validez de los resultados no se compromete si hay diferencias significativas en el tiempo disponible. Y esto fue lo que ocurrió en nuestro estudiocon tan solo cuatro semanas de dieta mediterránea basada exclusivamente en alimentos de origen vegetal, obtuvimos beneficios constatables sobre la salud cardiovascular.

López Moreno asegura que fueronmuy meticulosos en el procedimiento, ya queelaboramos una dieta mediterránea y una dieta mediterránea vegana específica para cada sujeto, según sus preferencias y requerimientos energéticospara que fueran semejantes en cuanto a aporte energético y de macronutrientes. Esto es realmente interesante porque nos permitió observar qué cambios en el peso o en la grasa corporal pueden mejorar la salud cardiovascular”.

Porque en su estudio, puntualiza, “nos enfocamos en ver los efectos específicos de cada dieta, sin que las variaciones en la cantidad de calorías que consumían o en cómo cambiaba su composición corporal influyeran en los resultados”. Para asegurar que los participantes seguían las pautas dietéticas prescritas, “todas las semanas tuvieron que rellenar varios registros dietéticos”.

Aumentar la proporción de vegetales integrales -señala- supone incrementar la ingesta de fibra dietética o de compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes como los polifenoles, a los que pueden atribuirse beneficios a nivel cardiovascular.

¿Por qué proteínas vegetales sustituyeron las animales? “La sustitución de proteína animal se realizo, principalmente, por legumbres, pasando a un consumo diario. Para algunas personas este consumo de legumbres pueda parecer excesivo, pero no debemos olvidar que en la sociedad actual el consumo de carne se realiza, en muchos. casos de forma diariacon el fiambre de pavo o el jamón serrano del desayuno y distintos elaboraciones con carne en el almuerzo/cena- sin que lo concibamos como un consumo excesivo”.

D'un autre côté, continua, “hay que recordar que las actualesrecomendaciones dietéticas saludables y sostenibles realizadas por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) establecenun consumo de legumbres de cuatro a siete raciones a la semana“.

Este nutricionista apunta que, “tras seguir una dieta mediterránea basada en alimentos vegetales durante solo cuatro semanas, ya observamos una reducción del colesterol plasmático, el colesterol LDL (el conocido como ‘colesterol malo’), la presión arterial y ratio linfocitos-neutrófilos —empleado como marcador de inflamación crónica de bajo grado— comparado con una dieta mediterránea con proteína animal”.

Y hace hincapié en queestos resultados no son baladíes, ya que estamos comparándolo con una dieta mediterránea, patrón de referencia para la salud cardiovascular. En otras palabras, los beneficios observados se suman a los que ya se saben que aporta la dieta mediterránea”.

También es importante tener en cuenta que los participantes del estudio eran personas sanas y físicamente activas. “Esto podría hacernos pensar, en un principio, que habría poco margen para mejorar sus indicadores de salud cardiovascular. Cependant, los resultados muestran que incluso en individuos con un buen estado de salud, todavía es posible observar mejoras significativas en estos marcadores a través de la alimentación”.

Esto es especialmente relevante, “porque los efectos perjudiciales de algunos marcadores cardiovasculares, como el colesterol total y el colesterol LDL (el conocido comocolesterol malo”), se acumulan con el tiempo. Cuanto más tiempo se mantengan elevados, mayor es el riesgo para la salud cardiovascular”. Por eso, aconseja, “es fundamental intervenir desde edades tempranas para reducir estos niveles, ya que actuar pronto puede ser unamedida preventiva clave para proteger la salud del corazón a largo plazo”.

¿Todas las proteínas animales son igual de ‘malasfrente a las vegetales o hay algunas mejores? “Las diferentes líneas de evidencia constatan quedesplazar proteína animal por fuentes vegetales -procedente de legumbres, cereales integrales o frutos secos-induce beneficios sobre el riesgo de diferentes enfermedades crónicas no transmisibles, como la enfermedad cardiovascular o la diabetes. La magnitud de este efecto se reporta mayor al desplazar algunas fuentes de proteína animal como la carne, tanto roja como procesada, así como el huevo”.